jueves, 31 de mayo de 2012

Filmografía comentada de Walerian Borowczyk

El gabinete erótico del Doctor Borowczyk
http://cf2.imgobject.com/t/p/original/otUvSnRFyty3DlwFN74QNuutXxN.jpg
Artista gráfico, animador de culto, cineasta minoritario y erotómano empedernido. El talento polimórfico de Walerian Borowczyk ilumina algunos de los rincones más oscuros de la cultura europea de los últimos 50 años. No hace falta ser una bestia incontinente ni una monja cachonda para disfrutar viendo sus películas. Eso sí, se recomienda leer estos textos sosteniendo el fanzine con una sola mano.

INTRODUCCION A LA GALAXIA BORO. El misterio que rodea la vida y la obra de Walerian Borowczyk aumenta con el paso y el peso de los años. Para empezar, uno siempre se hace un lío escribiendo su nombre. ¿Va antes la C o la Z? ¿Es necesario poner la W en medio de su apellido? ¿Cómo se pronuncian tantas consonantes seguidas? Lo mismo sucede a la hora de encuadrarle en un apartado creativo concreto. ¿Es mejor cartelista que cineasta? ¿Están a la misma altura sus cortos animados que sus largos eróticos? ¿No será su condición de ‘auteur’ un montaje de los críticos franceses? Tratar de encontrar las respuestas adecuadas a éstas y a otras preguntas relacionadas con el Universo Borowczyk resulta complicado, pero no imposible.
Existen dos tipos de admiradores del trabajo de Borowczyk. Unos y otros adoptan con frecuencia posturas irreconciliables. Están los que, con suma maña arqueológica, han logrado ver sus cortometrajes de animación. Casi todos ellos destacan el poderío estilístico y crítico de los mismos, y lo mucho que han influenciado a artistas como Jan Svankmajer y los hermanos Quay. Alejados de tanta pedantería intelectualoide se encuentran los fans fatales de su mal llamada filmografía comercial: curtidos devoradores de celuloide retro enganchados al erotismo fetichista de títulos como "La Bestia" e "Interior de un convento". En los últimos tiempos, además, ha surgido un tercer movimiento teórico que combina ambos puntos de vista, descifrando las claves libidinosas de las piezas en miniatura y redefiniendo las virtudes formalistas de los largometrajes.
No sabemos qué opina el propio Borowczyk de esta febril actividad estudiantil. Lleva tanto tiempo retirado del circuito, cultivando una imagen de excéntrico malhumorado e ignorando retrospectivas y homenajes, que cuesta imaginárselo ilusionado por algo. Una cosa está clara: debería sentirse orgulloso de haber llegado al siglo XXI convertido en un radiante objeto de deseo cinéfago.

HISTORIA DE UN PECADOR ANIMADO. Walerian Borowczyk nació el 21 de octubre de 1923, en Kwilcz, Polonia. Estudió Bellas Artes en Cracovia. A los 16 años se compró una cámara de 16 milímetros, atraído por la complejidad de su mecánica interna. Rodó sus primeros cortos de animación casi sin pretenderlo, de forma autodidacta. No los exhibió hasta principios de los 50, aprovechando el éxito obtenido como diseñador gráfico. En 1957 comenzó a colaborar con el también ilustrador Jan Lenica (1928-2001) en una serie de cortometrajes animados que marcaron época y rompieron con la tradición marionetista polaca representada por Ladislaw Starewicz (1882-1965) y Jiri Trnka (1912-1969). La repercusión internacional de estos cortos les abrió a ambos las puertas de la escena artística europea.
Instalado en París desde 1959, Borowczyk siguió realizando cortometrajes de vanguardia a un ritmo frenético, al mismo tiempo que iba estrechando lazos con artistas, ideólogos y escritores afines a sus gustos personales: gente como André Breton (1896-1966), que siempre le consideró un surrealista sin carnet; André Pieyre de Mandiargues (1909-1992), de quien posteriormente adaptaría varios textos al cine, y Chris Marker (1921), el autor del mediometraje de culto “La Jetée”, con quien colaboró en diversos proyectos.
En 1967, Borowczyk estrenó su primer largometraje, una pieza de animación titulada “Théâtre de Monsieur et Madame Kabal”, que recibió premios en varios festivales especializados. La influencia de Ionesco, Jarry, Beckett y Arrabal se hizo patente también en su siguiente película larga, la primera rodada por completo en imágen real, “Goto, isla del amor”, estrenada un año más tarde. Ya en 1971, el tercer título importante de su filmografía, “Blanche”, apuntaló el prestigio crítico del cineasta polaco.

DEL CINE DEL ABSURDO AL CINE DE BOUDOIR. Conozco a muchos degustadores de perlas raras que no dudarían ni en segundo en colocar un punto y final a este texto después del párrafo impreso más arriba. Para ellos, todo lo que Borowczyk hizo después de “Blanche” tiene un interés más bien relativo. Eso opinan, al menos, casi todos los enciclopedistas cinematográficos serios que he consultado. Pocos le perdonan al ‘enfant terrible’ de la animación para adultos su posterior y perseverante dedicación al ‘eurotismo’ de arte y ensayo.
Encasillado a su pesar, a Borowczyk le costó lo suyo mantenerse en activo desde 1974 a 1991, periodo en el que realizó una docena de largos y un par de piezas televisivas. Afortunadamente para él, al menos tres de estos trabajos, “Cuentos inmorales”, “La Bestia” e “Interior de un convento”, figuran en el ranking de los títulos más populares del género erótico. El resto de su producción, gracias al interés demostrado por cinéfagos de todas las latitudes, está siendo ahora mismo rescatado del olvido a través de retrospectivas, pases televisivos y ediciones en vídeo y DVD para coleccionistas.
Lo curioso del caso es que, por mucho que insistan sus detractores o sus fans más esquinados, el estilazo de Borowczyk se manifiesta en todas y cada una de sus películas, sean éstas largas o cortas, de imagen real o de animación. Incluso en un bodrio tan descarado como “Emmanuelle 5” puede uno encontrar huellas de auténtico genio. Resumiendo mucho, y para no machacar conceptos que aparecen mejor explicados en el apartado filmográfico, diré que a mí me gusta su cine porque está exquisitamente concebido: es un cine de montaje, contrastes y encuadres; de texturas, fragmentos y objetos; de cuerpos, movimientos y miradas; de guiños literarios, voces en off y pausas espaciotemporales. Un genuino placer para los sentidos.


Filmografía comentada de Walerian Borowczyk

Las películas de Borowczyk tienen algo especial. Nada más echarles un vistazo, uno se da cuenta de que son suyas. Es por su manera de rodar, de encuadrar y de montar. El tío compone los planos como un fotógrafo obsesionado por los pequeños detalles. Coloca a sus actores como muebles en una tienda de antigüedades. A las mujeres desnudas les corta la cabeza, las piernas, los brazos, para fijarse sobre todo en las partes sexies de su anatomía. Monta las imágenes por contraste asociativo: a un plano general le suele seguir un primer plano de un objeto. Utiliza con frecuencia la cámara al hombro y el desenfoque casual. Está obsesionado con el erotismo de Fin de Siglo, los objetos de anticuario, los catálogos, las repeticiones, los archivos, los marcos y la música clásica. Le encanta la ropa de cama blanca, los bordados, los corsés, las túnicas romanas, los espejos, las duchas y los baños. Autodidacta y metomentodo, él mismo suele encargarse de la dirección artística, los decorados, el montaje y hasta la fotografía de sus películas, además de escribirlas y realizarlas. Entre los colaboradores que le han sido más fieles cabe destacar al encargado de vestuario Piet Bolscher (“Blanche”, “Cuentos inmorales”, “Tres mujeres inmorales”, “L’armoire”, “Dr.Jekyll et les femmes”), que trabajó igualmente con Costa-Gavras y Robbe-Grillet, y los directores de fotografía Guy Durban (“Théatre de Monsieur & Madame Kabal”, “Goto, isla del amor”, “Blanche”, “Cuentos inmorales”), autor también de un magnífico texto sobre Mandiargues publicado en la primera reedición de “Le Musée noir”, y Bernard Daillencourt (“Cuentos inmorales”, “La Bestia”, “Tres mujeres inmorales”), el operador de cámara oficial de David Hamilton en “Bilitis”, “Laura, las sombras del verano” y “Tiernas primas”.

‘THÉATRE DE MONSIEUR & MADAME KABAL”. Francia, 1962-1967.
Primer y único largometraje animado de Borowczyk. Enteramente dibujado por él. Un hombrecillo inofensivo y una mujer arpía (el señor y la señora Kabal) protagonizan una serie de sketches domésticos de inspiración surrealista. Automatismo y asociación de ideas al servicio de un humor audiovisual de alta graduación. Al principio y al final de la función, el propio director-dibujante irrumpe en la pantalla. “Me llaman Boro”, le dice a la Sra. Kabal. Un detalle curioso: el metraje está salpimentado con postales de Fin de Siglo e imágenes reales de chicas en bañador.

‘GOTO, L’ÎLE D’AMOUR’. Francia, 1968.
Versión española: “Goto, isla del amor”. Por un lado, es una divertida alegoría política antitotalitaria a lo "Ubu Rey", de Alfred Jarry; por el otro, una fascinante recreación del cine mudo con ramalazo nórdico. En una isla ficticia habitada por seres humanos cuyos nombres comienzan con la letra G, un condenado a muerte es amnistiado por capricho del monarca. Sin querer, este personaje descubre que la Reina (encarnada por Ligia Branice, musa y pareja sentimental de Borowczyk) mantiene relaciones sexuales con su profesor de equitación. Los acontecimientos se precipitan: hay suicidios, asesinatos, ajustes de cuentas y hasta una resurrección surrealista. La escena de los funerales inspiró una muy similar en la película "Institut Benjamenta", de los hermanos Quay.

‘BLANCHE’. Francia, 1971.
Versión española: “Blanche”. Filigrana medieval en clave shakespeariana, inspirada por “Mazepa”, de Juliusz Slowacki, un texto publicado en 1889. La protagonista vuelve a ser Ligia Branice, disfrazada de joven y frágil esposa de un noble octogenario (Michel Simón, en su penúltima aparición en pantalla) que la mantiene encerrada en su castillo. En el transcurso de una fiesta, la chica sufre el acoso del Rey, el paje del Rey y, lo que es peor, su propio hijastro. La cosa acaba con un baño de sangre. Borowczyk filma a los actores de perfil o de frente, encuadrados dentro de ventanas y marcos arquitectónicos, acentuando la sensación de falta de perspectiva propia de las pinturas del siglo XIII.

‘CONTES INMORAUX’. Francia, 1974.
Versión española: “Cuentos inmorales”. Largo compuesto por cuatro historias independientes. “La marée” es una adaptación literal de un relato de Mandiargues: un adolescente (Fabrice Lucchini) obliga a su primita (Lise Danvers) a que le practique una mamada mientras sube la marea. En “Thérèse Philosophe”, una quinceañera beata (Charlotte Alexandra) se masturba con un pepino después de excitarse con los objetos y libros antiguos que encuentra en una habitación donde ha sido encerrada como castigo por llegar tarde a casa. “Erzsébet Báthory” es una detallada descripción de las actividades cotidianas de la condesa húngara del siglo XV que acostumbraba a bañarse con la sangre de jóvenes campesinas. Paloma Picasso, la hija del pintor, encarna al personaje. La última historia se titula “Lucrezia Borgia”. Está ambientada en la Roma de 1498. Recrea un excitante ‘ménage-à-trois’ entre la célebre envenenadora (Florence Bellamy), su padre el Papa Alejandro VI, y su hermano el Cardenal César Borgia. Borowczyk disfruta recreando diferentes épocas históricas con cuatro brochazos decorativos, y se relame de gusto acariciando con el objetivo de la cámara los cuerpos femeninos de actrices y figurantes, en primerísimos planos detalle, forzando el encuadre, improvisando sobre la marcha. Los montajes de las escenas de masturbación y las de las duchas colectivas ponen cardiaco a cualquiera.

‘DZIEJE GRZECHU’. Polonia, 1975.
Versión española: “Historia de un pecado”. Se basa en un folletín de 1906 escrito por Stefan Zeromski. Narra las desventuras de una joven ingenua (Grazyna Dlugolecka) que se enamora de un escritor y, por su culpa, sufre todo tipo de calamidades. A saber: mata a su propio hijo, se prostituye, se deja chulear por unos indeseables y acaba sacrificándose por amor. Es la única película larga que Borowczyk dirigió en su país natal, y la única que aún no he podido ver. Participó en el Festival de Cannes. Algunos críticos la describen como un melodrama fetichista sin prejuicios.

‘LA BÊTE’. Francia, 1972-1975.

Versión española: “La Bestia”. En 1972, el productor Anatole Dauman contrató a Borowczyk para que rodase un final impactante para la película de Alain Fleisher “Les rendez-vous en forêt”, protagonizada por Catherine Jourdan, maciza descubierta por Alain Robbe-Grillet en “L’Eden et après”. Fleisher no dejó que nadie manipulase su trabajo, pero Boro aprovechó el encargo para rodar un mediometraje inspirado por una antigua leyenda gabacha (la misma que late, por cierto, debajo del guión de la recién estrenada “El pacto de los lobos”, de Christophe Gans). Con el título de “La véritable histoire de la Bête de Gévaudan”, la pieza estuvo a punto de formar parte de “Cuentos inmorales”. Al final, se utilizó como clímax orgasmatrónico de "La Bestia". La protagonista es una guapa heredera anglosajona (Lisbeth Hummel) que está a punto de casarse con un aristócrata francés. Mientras se soluciona el papeleo religioso, la joven pasa unos días en la mansión del novio, excitándose con los caballos, las lecturas y las malas compañías. Cuando ya no puede más de calentura, se imagina el choque sexual entre una antepasada de su futuro marido (Sirpa Lane) y una Bestia peluda y libidinosa. Borowczyk aprovecha este astuto giro de guión para combinar las imágenes del corto con las del largo. La excitación sube y el monstruo, armado con un pene de 45 centímetros, acaba inundándolo todo de esperma.

‘LA MARGE’. Francia, 1975.
Versión española: “Una mujer de la vida”. La obsesión sexual de un hombre de negocios felizmente casado por una prostituta caprichosa. Extraña adaptación cinematográfica de la novela con la que Mandiargues ganó el Premio Goncourt en 1967. En la película, él es Joe Dallesandro, ‘sex-symbol’ de la Factory de Andy Warhol, y ella es Sylvia Kristel, en pleno subidón de autoestima tras el éxito de “Emmanuelle”. Boro traslada la acción de Barcelona a París, filma a los actores como si fuesen estatuas de carne, y se entretiene enfocando y desenfocando objetos en primerísimo plano. En las escenas de folleteo suenan canciones de 10cc y Pink Floyd. En su momento, no gustó a nadie. A mí siempre me ha parecido una rareza: tiene un tono depresivo que hipnotiza.

‘INTERNO DI UN CONVENTO/INTÉRIEUR D’UN COUVENT’. Francia/Italia, 1977.
http://cdn3b.dvdempire.org/products/09/1523809h.jpg http://cdn3b.dvdempire.org/products/09/1523809bh.jpg
Versión española: “Interior de un convento”. Los “Paseos romanos” de Stendhal le sirven de pretexto al director para encerrarse entre los muros de un convento italiano repleto de jovencitas en celo. Nada puede hacer la Madre Superiora para sofocar la rebelión sexual que se avecina. La institución religiosa parece un colegio mayor de los que salen en las historietas de la revista ‘Kiss’. Las novicias bailan semidesnudas en la capilla, se toquetean los pechos en el confesionario y reciben a sus amantes en la sala de bordar. Por las noches, las más audaces mezclan plegarias con masturbaciones, crucifijos con consoladores, estampitas de la Virgen con dibujos de penes erectos. Una monja toca el violín desnuda, y otra, también desnuda, practica yoga delante del reclinatorio. Sin duda, ésta es la película más jugosa y jocosa de toda la filmografía de Borowczyk. La única en cuyo reparto estelar coinciden sus dos fetiches femeninos: Ligia Branice y Marina Pierro. Una lección de manejo de cámara al hombro y un prodigio de montaje asociativo.

‘LES HÉROÏNES DU MAL/TROIS FEMMES INMORALES’. Francia, 1978.

Versión española: “Tres mujeres inmorales”. Femineidad, sexo y venganza a través de la historia. Una nueva vuelta de tuerca a la fórmula inaugurada en 1974 con “Cuentos inmorales”. La protagonista del primer ’sketch’, ambientado en el Renacimiento Italiano, es Margherita (Marina Pierro), la ’fornarina’, modelo y amante del pintor Rafael. Después de divertirse mucho posando y follando en el estudio del artista, seduce a un banquero para robarle las joyas. Al final, reparte pastelitos envenenados y regresa con su novio campesino. La segunda mujercita inmoral se llama Marcelline (Gaëlle Legrand). Es una pizpireta Lolita de Fin de Siglo. Se pasa las horas muertas jugando con un conejito blanco en el jardín de su casa, recalentándose las tetitas al sol. Una mala tarde, azuzados por una sirvienta envidiosa, los padres de la niña cocinan a la mascota peluda y se la comen. Para vengarse, Marcelline entrega su virginidad a un matarife negro. Luego, con un cuchillo de carnicero, les corta el pescuezo a mamá y papá. El argumento se basa en el relato "Le sang de l’agneau", de Mandiargues, incluido en el libro "Le Musée noir". Marie (Pascale Christophe), una burguesa parisina de finales de los 70, sufre un secuestro con violación en la tercera y última parte de la película. Su perro, un doberman negro, la rescata y, de paso, asesina al pesado de su marido. Lo mejor: el ambiente sensual del primer episodio y la atmósfera ’hamiltoniana’ del segundo, rota con una salvaje pincelada gore.

‘COLLECTIONS PRIVÉES’. Francia/Japón, 1979.
Versión española: “Colecciones privadas”. El productor Pierre Braunberger convence a tres erotómanos de moda para que le fabriquen tres mediometrajes a medida. Just Jaeckin naufraga en una isla en compañía de varias sirenas caníbales (la más guapa es Laura Gemser). Shuji Terayama se enreda en una psicodélica fábula de fantasmas tocapelotas. Walerian Borowczyk adapta a Guy de Maupassant con la soltura acostumbrada. Su ’sketch’, titulado "L’armoire", ilustra con demasiada economía de medios una anécdota sin importancia. Un señorito aburrido (Yves-Marie) acude a un cabaret para acostarse con una corista (Marie-Catherine Conti). Después de pagar y follar, descubre que la mujer ha escondido a su hijo en un armario.

‘LULU’. Francia, 1980.
Ascensión y caída de una mujer de la vida (Anne Bennent) que acaba liándose con el mismísmo Jack el Destripador (Udo Kier). Los dos textos dramáticos más conocidos de Frank Wedekind se convierten en manos de Borowczyk en un experimento escénico a contracorriente: los personajes entran y salen de plano como si estuviesen encerrados en una casa de muñecas, los actores pronuncian sus diálogos por control remoto y las escenas de sexo provocan escalofríos. Rarita de cojones.

‘DR.JEKYLL ET LES FEMMES/LE CAS ÉTRANGE DU DR.JEKYLL ET MISS OSBOURNE’. Francia, 1981.
La versión cinematográfica más enloquecida y rabiosa de la novela corta de Stevenson. Udo Kier interpreta al Dr.Henry Jekyll. Marina Pierro es su novia Fanny Osborne. Para celebrar el compromiso matrimonial entre ambos, se organiza una cena en casa del primero. La velada se convierte en una orgía de sangre y sexo a medida que un misterioso personaje, Mr.Hyde (Gérald Zacberg), va ensartando uno por uno a todos los invitados con su monstruoso miembro de color rojo. Patrick Magee interpreta a un general psicótico y Howard Vernon es un científico chapado a la antigua. Cuando el espectador ya se ha acostumbrado a la música electrónica, los espacios cerrados, los diálogos de besugo, los flashes de luz azul y los estallidos de violencia irracional que salpican el metraje, Borowczyk acelera el ritmo en el tramo final y transforma las últimas secuencias en un maremagnum de imágenes alucinógenas. Henry Jekyll y Fanny Osborne se sumergen en una bañera llena de droga, pierden el control y se devoran el uno al otro.

‘ARS AMANDI/L’ART D’AIMER’. Italia/Francia, 1983.
http://cdn3a.dvdempire.org/products/30/1502930h.jpg http://cdn3a.dvdempire.org/products/30/1502930bh.jpg
Versión española: “El arte de amar”. Roma, año 8 antes de Cristo. Claudia (Marina Pierro) es una ardiente mujer necesitada de afecto, sobre todo cuando su marido centurión está en el frente. Se pasa el día entrando y saliendo de una gigantesca bañera-pecera transparente, intercambiando confidencias con su sirvienta negra. Por las noches, recibe las visitas de un joven amante, pupilo del mismísimo Ovidio. Antes de que el esposo cornudo vuelva a casa, la bella sin alma tiene tiempo de soñar con toros folladores y montar orgías con esclavos nigerianos. Borowczyk vuelve a recrear con imágenes y sonidos uno de sus periodos históricos favoritos. Tomando como pretexto los versos didáctico-amorosos de Ovidio, se marca un ejercicio de estilo aderezado con escenas de comedia, sexo y violencia doméstica. La película no sigue una línea narrativa concreta, combina el sueño con la realidad, los pasajes contemplativos con la acción sinvergonzona. Para complicar aún más las cosas, los distribuidores italianos añadieron insertos porno en algunas secuencias. El epílogo, ambientado en los años 80, resulta un tanto forzado.

‘EMMANUELLE 5’. Francia, 1985.
Un trabajito de encargo que Boro dejó a medio terminar. Emmanuelle (Monique Gabrielle) presenta en el Festival de Cannes su último pornete de aventuras, titulado “Love Express”. Las escenas de esta película dentro de la película tienen el toque Borowczyk, sobre todo las que están ambientadas en un harén, el resto es cosa de su asistente Thierry Bazin. Más cercana a un bodrio de la productora Eurociné que a un episodio de la saga de Emmanuelle.

‘CÉRÉMONIE D’AMOUR’. Francia, 1987.
Adaptación cinematográfica de uno de los últimos y más sofisticados textos de Mandiargues: la novela “Tout disparaîtra”. Un joven anticuario (Mathieu Carrière) conoce a una misteriosa mujer (Marina Pierro) en el Metro de París. Juntos visitan la iglesia de Saint-Germain-des-Prés antes de encerrarse en un ‘boudoir’ lleno de mariposas vivas. Allí, la mujer se transforma en un súcubo sexual y el hombre se entrega a sus más bajas pasiones. El lenguaje literario lo impregna todo. Las imágenes parecen sacadas de una ensoñación simbólica. Boro despliega su arsenal estilístico con la meticulosidad de un viejo profesor, sin concesiones a la galería. Esta es, probablemente, su película más personal.


BOROWCZYK EN LAS DISTANCIAS CORTAS
Estos son los cortometrajes más destacados de la filmografía de Borowczyk. No están todos los que son, pero sí son todos los que están. Al final, incluimos dos encargos televisivos.

“Byl Sobie Raz…” (“Érase una vez…”), 1957
Líneas y formas sobre celuloide acompañadas por música clásica. Primera colaboración entre Boro y Jan Lenica.

“Nagrodzone Uczucie” (“Sentimiento recompensado”), 1957
Pintura y pintor naïf mezclados en un flashback circular. Boro y Lenica participan en el Festival de Cine de Cannes.

“Dom” (“La casa”), 1958
Descripción surrealista de una casa por dentro y por fuera. Boro y Lenica ganan 10.000 dólares en el Festival de Cine Experimental de Bruxelas.

“Les Astronautes” (“Los astronautas”), 1959
Mezcla de collage e imagen real. Codirigido por Chris Marker.

“Encyclopédie de grand-maman en 13 volumes” (“La enciclopedia de la abuela en 13 volúmenes”), 1963
Un repaso a la evolución de los medios de transporte a través de viejos grabados: automóvil, ferrocarril, globo…

“Renaissance” (“Renacimiento”), 1963
Una habitación destruida se reconstruye fotograma a fotograma.

“Les Jeux des anges” (“Los juegos de los ángeles”), 1964
Manchas rojas y traqueteo de tren. Una fábrica donde se descuartizan ángeles. Alegoría de los campos de concentración.

“Les felins”, 1964.
Boro se encargó de los créditos animados de esta película de René Clément, con Alain Delon y Jane Fonda.

“Le Dictionnaire de Joachim” (“El diccionario de Joachim”), 1965
Un personaje dibujado explica con gestos el significado de diversas palabras. 20 años más tarde, Bill Plympton ha hecho cosas muy parecidas.

“La vie de château”, 1965
Boro se encargó de los créditos animados de esta película de Jean-Paul Rappeneau, con Catherine Deneuve y Philippe Noiret.

“Rosalie”, 1966
Adaptación en imagen real de un relato de Guy de Maupassant, protagonizado por la musa y esposa de Borowczyk, Ligia Branice, una mujer de expresión renacentista y dicción marciana.

“Gavotte”, 1967
Divertimento con enanos disfrazados y música de Rameau.

“Une Collection particulière” (“Una colección particular”), 1973
Documental sobre la colección personal de objetos eróticos de Borowczyk. Texto escrito y declamado por el escritor André Pieyre de Mandiargues.

“Almanach des adresses des demoiselles de Paris” (“Almanaque de direcciones de las señoritas de París”), 1989.
Episodio de 25 minutos perteneciente a la teleserie “Serie Rosa”, coproducida por TVE. Picardías cortesanas de inspiración popular. Con Jean Mylonas como el Marqués de Sade.

“Le Lotus d’Or” (“El loto de oro”), 1991.
Episodio de 25 minutos perteneciente a la teleserie “Serie Rosa”, coproducida por TVE. Adaptación de un clásico del erotismo oriental escrito por Jin Ping Mei. Con Chun Yan Ning y Yoki Tani.


Borowczyk se explica

SURREALISMO
—El surrealismo —al igual que el cubismo, el futurismo o el expresionismo— ha ejercido tanta influencia en la sensibilidad contemporánea —y ha ido adoptando tantas características de los demás ‘ismos’— que resulta inútil tratar de aislar su huella en mi obra.

ALQUIMIA
—Todo artista es un artesano y un alquimista. Pero alquimista en el sentido de que es capaz de mezclar cosas muy distintas y obtener algo totalmente inesperado. El alquimista utiliza métodos no científicos.

ANIMACION
—El cine en general, todo el cine, es animación. El cine de imagen real es cine de animación fotográfica. En última instancia, un trozo de película sólo es una sucesión de imágenes fijas. Si sustituyes esa fotos por dibujos se obtiene el mismo resultado. A principios de siglo, el cine era llamado ‘fotografía animada’.

Opiniones citadas por Daniel Bird en un texto publicado en el programa de una exposición sobre Borowczyk celebrada en junio de 1998 en el Museo Nacional de Fotografía, Cine y Televisión de Londres.

AUTODIDACTA
—No fui a ninguna escuela de cine. Estudié en la Academia de Bellas Artes de Cracovia. Empecé a hacer películas sin querer, utilizando una cámara de 16mm que compré a los 14 años. La vi expuesta en un escaparate, abierta, con su mecanismo a la vista. Me fascinó. Empecé a experimentar con ella. Cuando vi las primeras imágenes rodadas por mí, todas las nociones de técnica que tenía se esfumaron en el aire.

ESCUELAS
—La técnica es algo que puede aprenderse rápidamente. La escuela puede servir para eso, pero es más interesante utilizarla como punto de encuentro con otras personas que compartan tus pasiones. En general, se aprende más en los pasillos y escaleras de una escuela que en las aulas. Suele ser ahí donde se gesta el futuro del arte

MOVIMIENTO
—Sigo fascinado por las imágenes en movimiento: para mí son como esculturas mecánicas. (…) Mis primeras películas eran manchas y formas que se movían en un universo musical.

MONTAJE
—Para montar bien no hace falta ir a la escuela. Basta con tener una cosa clara: un segundo de película tiene 24 fotogramas.

REALIDAD
—Rodar no es la parte interesante del proceso creativo cinematográfico. A mí lo que realmente me interesa es el resultado final, lo que tiene que proyectarse en una pantalla. (…) Incluso en el caso de que uno quiera realizar películas convencionales, creo que siempre es necesario ‘dibujarlas’ antes, ya sea directamente sobre el celuloide o utilizando decorados y actores. (…) La fotografía realista es demasiado simple. El proceso creativo se reduce casi a cero. Si uno decide utilizar fotos en vez de dibujos para hacer una película, lo que tiene que hacer es crear otra realidad, deformarla, reinventarla. (…) Lo más difícil es evitar la reproducción mecánica de la naturaleza. Tiene que haber algo más, y no estoy hablando sólo de temperamento, personajes y argumento. Por encima de todo debe haber un concepto de lo que significa hacer cine.

LIBERTAD
—El arte verdadero exige libertad y sinceridad. (…) Ningún cineasta tiene este tipo de libertad. (…) Ser un cineasta cuya obra debe ser vista significa que se está obligado a trabajar dentro de unos parámetros controlados por degenerados circuitos de exhibición. (…) Las películas no se consideran obras de arte, sino mercancía industrial. (…) Hasta los más grandes cineastas están obligados a disimular sus ideas en las películas que hacen si no quieren perder ciertos privilegios.

CRITICA
—¡Ay, los críticos! Por regla general, los críticos cinematográficos son gente muy limitada. No parecen estar muy interesados por las ideas. O quizás no estén preparados para entenderlas. (…) La crítica de cine es como un circo.

ERODISNEY
—¿Por qué no buscáis erotismo en las películas de Walt Disney? Escoged cualquiera y os daréis cuenta de que nunca falta. Por ejemplo, en “Blancanieves y los 7 enanitos”. ¿Por qué no buscáis sexo ahí? Se puede sentir el deseo reprimido a la legua. ¿No es asqueroso? Deseos que no pueden expresarse. Yo nunca he hecho películas de ese tipo.

PORNOGRAFIA
—La pornografía, para mí, no existe, aunque esté presente en todas partes. ‘Pornografía’ es un término legal, no una definición crítica o artística. En cada país se entiende de una manera distinta. (…) La diferencia entre un porno casero y una de mis películas está en el montaje. Me da igual rodar a un hombre comiéndose una manzana que a una pareja follando. (…) Prácticamente en todas las películas de la historia del cine sale una pareja abrazándose. La oposición de los sexos es una constante. ¿Pero dónde está el límite? Puedes filmar la pierna de una mujer en plano general sin que nadie piense nada raro; fílmala en primer plano y habrá alguien que opine que eso es obsceno.

FEMINISMO
—¿Feministas? Pensaba que ya habían desaparecido. Las que conocía ya han crecido, se han casado y ahora organizan cenas en casa. Bromas aparte, creo que las mujeres ocupan un lugar privilegiado en mis rodajes; mucho más importante que el que ocupan en rodajes de películas que no son ni la mitad de polémicas que las mías. (…) En el fondo, siempre me he colocado del lado de los personajes femeninos. Admiro su energía y su heroísmo a la hora de ver realizados sus deseos, sean cuales sean estos deseos.

GENEROS
—El cine de géneros me asquea. Está basado en la repetición de viejos esquemas. Para mí, eso es pornográfico. En este tipo de cine siempre hay buenos y malos. Yo tengo mi propio punto de vista al respecto. (…) Además, siento animadversión por las etiquetas. John Ford dijo una vez en una rueda de prensa: ‘Hola, soy John Ford y hago películas del Oeste’. Muchos han tratado de obligarme a que yo diga algo parecido: ‘Hola, soy Walerian Borowczyk y hago películas eróticas’. Lo malo es que nadie distingue entre películas del Oeste reaccionarias y películas del Oeste progresistas.

ABSTRACCION
—El cine no es literatura. El cine es apariencia. Mi manera de contar una historia no es la misma que la de un escritor. Para mí, el movimiento es creación. Es una lástima que no pueda hacer películas completamente abstractas. Después de todo, a la gente le encanta ver fuegos artificiales y eventos deportivos. El cine todavía no ha llegado a ese punto.

VOYEURISMO
—Soy ‘voyeur’ como pueda serlo cualquier persona. El cine y la televisión incentivan el ‘voyeurismo’. Yo solo hago películas; los demás las miran.


ENLACES/FUENTES:
http://cartooniablog.blogspot.com.ar/2009/02/walerian-borowczyk.html
http://pedrocalleja.blogia.com/2006/081501-borowczyk-se-explica.php
http://pedrocalleja.blogia.com/2006/082201-filmografia-comentada-de-walerian-borowczyk.php
http://pedrocalleja.blogia.com/2006/082202-el-gabinete-erotico-del-doctor-borowczyk.php
http://dimensionfantastica.blogspot.com.ar/2008/04/la-bestia-walerian-borowczyk-beast-1975.html
http://worldweirdcinema.blogspot.com.ar/2009/09/eight-short-films-by-walerian-borowczyk.html
http://www.forodvdmania.com/phpBB3/viewtopic.php?f=4&t=10485&p=585520
http://www.awn.com/gallery/boro/index.html
http://www.ubu.com/film/borowczyk.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario