domingo, 10 de junio de 2012

Se acabó el sueño de Awake


Awake NBC

Era de esperar que Awake (Kyle Killen, NBC, 2012) no lograra pasar de la primera temporada, no podemos negarlo. Culpemos a la cadena, que sufre una importante crisis de identidad —principalmente debido a que parece que no sabe a quién es su público— y que por tanto quizás no supo encauzar con diligencia el proyecto; culpemos a la audiencia, que no ha sabido valorarla como se merece —con un rating de media durante la temporada del 1.66, con episodios incluso por debajo del 1.0—; e incluso culpemos a los guionistas, que no consiguieron hacer despegar a la serie desde los episodios iniciales. 
Sea como fuere, y aunque Awake sea de lo mejor que se haya estrenado en la televisión estadounidense en abierto en los últimos meses, tampoco considero su cancelación una grave pérdida televisiva al nivel de Rubicon, Lights Out o Terriers. Sin duda, hubiera sido interesante ver cómo se desarrollaba la serie en una hipotética segunda temporada, pero después de no haber logrado, en mi opinión, un balance cualitativo de la temporada tan positivo como el obtenido en sus últimos episodios, queda claro que esta inconsistencia iba a dejar huella en el futuro de la serie.

Lo más destacado

Si hablamos de los aspectos en los que Awake ha rozado la excelencia, cabe destacar en primer lugar a un soberbio Jason Isaacs, un actor todoterreno que ha otorgado a su Michael Britten una variedad de posturas y matices realmente impresionantes; como hombre de familia y como obcecado detective, Britten ha sido la piedra angular de la serie, incluso en unos primeros episodios que dejaban bastante que desear. Sin duda, uno de los personajes del año.
Además, si hay algo que destaco especialmente de Awake es el esfuerzo que ha realizado para conseguir que la trama familiar de la serie se haya visto reforzada de una manera tan positiva, cuando es este aspecto en general el que suele salir perdiendo en la mayoría de las series policíacas. Laura Allen y Dylan Minette, Hannah y Rex Britten respectivamente, han acompañado con gran acierto a Isaacs y han dotado a cada una de las dos realidades del protagonistas de matices muy interesantes. En especial, destacar al joven Minette, que ha conseguido que un personaje adolescente se aleje del cliché del mocoso odioso al que estamos acostumbrados. Tampoco olvidar la introducción hacia la mitad de temporada de Daniela Bobadilla, Emma, cuyo personaje dotó de una nueva dimensión a una ya interesante trama familiar.

Awake NBC Jason Isaacs

Por supuesto, no olvidemos la clave de la serie, esa realidad fragmentada en dos colores —rojo y verde, acompañada de la fotografía en los mismos tonos— que nos ha acompañado durante toda la temporada con mayor o menor acierto, proponiéndonos definir en qué punto limita la cordura con la locura. Como misterio de la serie ha cumplido enormemente con su función, consiguiendo que dudásemos sobre si lo que estábamos viendo era un sueño, una mentira o una realidad. No hemos recibido las respuestas concretas que necesitábamos pero, en conjunto, este juego narrativo sobre la psicología del protagonista ha sido una verdadera delicia.
Tampoco olvidar, por último, esa trama serializada que pedía a gritos la serie, tanto por su formato como por su letargo inicial. Salvado por su propia psicología, ver a Britten investigar el asesinato de su familia, pertrechado entre otros por su propia jefa —una enorme Laura Innes— ha sido uno de los puntos clave de la temporada y nos ha acompañado en los últimos episodios con un juego narrativo inolvidable.

Lo que tenía que mejorar

Awake no era perfecta, y es que le faltaba afinar varias cuerdas para conseguir cautivarnos totalmente. Afortunadamente, estas cuerdas no eran demasiadas. Además de haber dado mayores matices a los compañeros de Britten en las dos realidades —interpretados Wilmer Valderrama y Steve Harris— o incluso plantearse la posibilidad de mudarse de cadena para tener más probabilidades de sobrevivir, lo que en mi opinión debería haber mejorado Awake es, especialmente, su apartado procedimental.

Awake NBC Jason Isaacs

Aferrarse a los casos autoconclusivos en los primeros episodios fue un error enorme; cada uno en una realidad, deberían haber sido tratados de otra manera. Es difícil sacar adelante un procedimental con tan pocos elementos, es cierto, pero en ocasiones al tratar de buscar una relación entre ambos casos a través de las particularidades de Britten se obtenía un resultado forzado e inaceptable. Además, algunos de ellos carecían del suficiente interés.
También he echado en falta un mayor papel de los psiquiatras de Britten, interpretados por BD Wong y Cherry Jones. Quizás porque, en definitiva, necesitaba un mayor desarrollo del estado psicológico de Britten durante la temporada, en orden a obtener más respuestas sobre su condición mental. No obstante, esta lucha de psiquiatras por tratar de convencer a Britten que su realidad es, de hecho, la verdadera, ha sido hasta divertida. De nuevo, enorme Isaacs mostrándonos a un Britten que reconoce su confusión pero que se apega a lo que ve a pesar de que es imposible.

El final

Tenía claro que Awake no iba a darnos todas las respuestas que nos hacían falta para comprender lo que hemos visto en la serie, pero sí se han esforzado para darle un cierre lo más apropiado a la serie, en caso de que fuera cancelada —algo que se daba por hecho prácticamente desde sus inicios—. No obstante, el tramo final del último episodio —el que se adentra en la psicología de Britten— ha sido una maravilla y creo que, aunque haya dejado una puerta abierta hacia posibles desarrollos, deja la historia de Awake en stand-by de modo que hasta podría aceptarse como final de la serie.

Awake NBC

Tras un terremoto de emociones, Britten no acepta como verdadera ni una realidad ni la otra sino que por primera vez toma conciencia de que una de ellas no es real —no sabemos exactamente cuál—  y decide apegarse de nuevo a lo que desea, a estar de nuevo con su familia al completo. Así, surge una nueva realidad, llamémosle blanca por el tono de la fotografía, en el que vuelve a ver juntos a su mujer y a su hijo. Pero, de nuevo, nos asalta la duda: ¿es esta realidad la verdadera o es otra creación de su mente? Con esta pregunta se cierra la temporada y la serie y, aunque no obtengamos respuestas, al menos Britten consigue volver a ser feliz.


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